Los ataques terroristas nos afectan en múltiples formas.
El pasado día 13
de noviembre, París se veía envuelta en un ataque terrorista por parte de
grupos yihadistas. En el fatídico ataque, murieron alrededor de 137 personas y
mas de 415 fueron heridas. El pánico se adueñó de la capital francesa, y pronto
se extendió al resto de países.
Si bien sabemos
que el mayor impacto que estos sucesos tienen en nuestra sociedad, es sin lugar
a duda el humano, los atentados también afectan
como daño colateral a muchos
ámbitos de la vida diaria.
Podríamos poner
como ejemplo, que tras estos atentados, los países destinan un porcentaje mucho
mayor en protección (España, entre otros países ha aumentado su nivel de alerta) , adquisición de armas, medidas de vigilancia en
fronteras, vigilancia en las calles…
Estos ataques
tienen también repercusiones en la política. El estado de alerta y expectación
de los ciudadanos da a los políticos la oportunidad de ganar confianza o
perderla. La actuación de los representantes de los partidos y sobre todo del
presidente del gobierno correspondiente, es crucial. Tiene la obligación de mantener al
pueblo tranquilo y tener en todo momento las riendas de la situación, y sobre todo, preparar sus respectivos países para cualquier amenaza. Sin embargo esto puede ponerse en su contra y no afrontar
bien este tipo de situaciones, generando desconfianza entre los futuros
votantes.
Pero en lo que
me gustaría centrarme en este artículo, es en la repercusión que tienen los
atentados en el mercado y la economía.
Si tuviésemos
que dar una respuesta en frío sobre como
afectaría un ataque terrorismo a organismos financieros, como por ejemplo la
bolsa, todos pensaríamos que se producen enormes desajustes que tardan mucho
tiempo en estabilizarse.
Analizamos los
resultados de los mercados para comprobar si esto es cierto. Viendo los
resultados de las bolsas de los países en los que se han producido atentados en
los últimos años, notamos que solo hay pequeñas variaciones en los mercados
financieros. Podemos tomar como ejemplo el
expuesto al comienzo. Tras los atentados en París, la bolsa se desestabilizó.
Como era de esperar, las empresas turísticas cayeron pero esto se vio
compensado con el alza de las industrias armamentísticas. Los inversores
franceses buscan una deuda mas segura y los inversores extranjeros ven una
oportunidad para invertir.
Otro ejemplo
sería el comportamiento del mercado financiero en España tras los atentados del
11M. Solo la prima de riesgo se vio
aumentada. 'Solo
supuso el 0,02 por 100 del PIB español -o, si se prefiere, el 0,14 por 100 del
PIB de la Comunidad de Madrid-. Estamos pues, una vez más, ante unos atentados
cuya significación económica es muy limitada, incluso por comparación con otras
tragedias de la misma naturaleza'. En palabras de Mikel Bluesa
Tras esto,
podemos observar que la respuesta financiera a los atentados no es del todo
brusca, y sobre todo tiene un carácter breve y de una rápida recuperación y estabilización.
Como decía Alexander Schindler, “el impacto del terrorismo
sobre los mercados bursátiles resulta inapreciable a largo plazo. Los mercados
se acostumbran a las acciones terroristas y se recuperan rápidamente de sus
efectos. La incertidumbre se traslada entonces a los mercados de derivados, que
mediante la prima de riesgo evalúan la inestabilidad a largo plazo” (original)
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